El talento profesional no se compra ni se vende. No se tiene o se carece de él congénitamente. No es un gen que se herede ni que se pueda adquirir mediante implantes o transfusiones. Tampoco se pega…  Porque simplemente se consigue con trabajo, tenacidad y tiempo.

Pero no nos llevemos a engaño: Todos tenemos talento y estamos “condenados” a desarrollarlo. Y…¡ hay que salir a buscarlo sin miedos! “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,38-48).

Según los expertos en la materia, llegamos a tener habilidad en nuestro desempeño (sea cual nuestro cometido) tras 10 años de entrenamiento. Y hasta que no cubramos  este tiempo, no lograr el dominio de un experto no es sinónimo de fracaso, sino el proceso natural de aprendizaje y desarrollo, que se necesita para tener “verdadero talento”.

Otra cosa es que en ese tránsito no se reconozca nuestro trabajo. Porque la ausencia de reconocimiento es uno de los factores que más debilitan la motivación, ya que necesitamos el reconocimiento para desarrollarlo.

…“ El problema lo encontramos cuando se tiene la imperiosa necesidad de reconocimiento. Tanto es así que incluso más de uno no hace nada antes de implicarse y no obtenerlo. En el fondo lo que se oculta es un escalofriante miedo al fracaso”…

(Pilar Jericó)

El talento es positivo, pero hay que tener claro que no siempre se da la lógica aristotélica de las proposiciones universales, sino que también se da la de las particulares.

Las proposiciones universales las encontramos, cuando el sujeto está tomado en su extensión universal (“Todo talento es reconocido”) sin embargo, en las  particulares, el sujeto está tomado en su extensión particular (“Algún talento es reconocido”).

Hay que tener esto claro. La motivación al “talento” no debe ponerse en el reconocimiento que podamos recibir de los otros sino en la satisfacción personal del desarrollo obtenido con tiempo, tesón y trabajo.

Cada uno debe saber encontrar en sus propias entrañas la motivación suficiente para desempeñarse con talento en lo que hace y seguir desarrollando talento. Y en las ganas de seguir estará nuestro éxito.