Una de las cuestiones que, como entrenadores, padres y/o educadores nos podemos plantear, es si ejercemos bien o no el rol que la vida nos encarga.
Asumir que nos equivocamos y que seguiremos equivocándonos es una premisa necesaria para enfrentarnos a la incertidumbre que nos envuelve y evita que nos acomodemos en el pensamiento. Conviene no olvidar que no estamos diseñados para avanzar sino para sobrevivir…Por eso nos acordamos de lo malo y nos cuesta pensar en lo positivo. Pero ojo, porque pensar en lo malo lo atrae…
La información que manejamos gracias a la labor de muchos investigadores nos indica que, aunque estamos programados podemos transformarnos…
La felicidad es la sonrisa del alma que se siente en paz. “… La felicidad es también ausencia de miedo” (1). ¿Y qué es lo que todos buscamos? ¿Qué es lo que perseguimos en un programa de Fitness? ¿Acaso no es sentirnos mejor?…O lo que es lo mismo: ¿No buscamos más felicidad? ¿ Sentirnos más queridos y aceptados?
La motricidad en todas las épocas ha sido determinante para la liberación. Para encontrar la paz y la armonía. Y en la actualidad debido a la “hipocinesis” asociada al “progreso” se hace urgente desarrollar estrategias para el movimiento. Pero el movimiento entendido desde la persona, que es quién lo posibilita. Quiero decir que debemos pensar más en los alumnos y en qué sienten…
Quizás sea más fácil desarrollar programas de ejercicio físico para la pérdida de peso siguiendo las orientaciones que la investigación nos aporta y “conocemos”. O dirigir una clase de step pensando en que lo “dominamos” y que nos hace “expertos” olvidándonos de a quién aplicamos la receta.
¿Pero que siente el alumno “sometido” al programa? ¿Y cómo influimos en su felicidad? Necesitamos formación en PNL, inteligencia emocional, gestión del talento, coaching…¡Es obvio!
“Sabemos que las dimensiones de la felicidad son las relaciones personales, el control de la propia vida y el saber sumergirse disfrutando del flujo de la vida…” (2)
Desde mi perspectiva la educación física desde el Fitness ecológico aporta muchas herramientas para el desarrollo integral del niño, del adulto y del adulto mayor: el contacto físico, la respiración, la propiocepción, la necesidad de estar en el momento, la relajación, el control global y el segmentario, etc. En definitiva la experiencia del movimiento y su manejo. Pero hay que saber cómo presentar el producto, cómo tratarlo y pensar a quién va dirigido…
Si no orientamos los programas de ejercicio físico a conseguir cantidad y calidad de fitness para “nuestros” alumnos desde una perspectiva integral, no serán programas útiles para ellos (que realmente son los protagonistas). Y para eso necesitamos un perfil de competencias profesionales, que estamos olvidando, sin las que nuestra tarea cae en saco roto… ¿No es cierto?
A los alumnos les invito a buscar a profesionales integrales. A los qué ejercemos a adquirir esas competencias que necesitamos…
(1) Pilar Jericó. No miedo.
(2) Eduardo Punset. Excusas para no pensar