El pasado fin de semana y en un entorno privilegiado finalizamos el primer curso de EVEREST PRO. El primero de los cursos de los que en un proyecto diferente y retador nos propusimos lanzar al “mercado”, ya que somos conscientes de la necesidad e importancia de ciertos contenidos que se olvidan en la mayoría de los casos y de los que son responsables, en mayor o menor medida el éxito y/o fracaso de nuestros proyectos.
En esta ocasión planteamos el que será nuestro primer escalón de una serie de formaciones cuyos contenidos iremos detallando.
Los profesionales necesitan ser altamente productivos en todos los ámbitos. Pero muchos se “queman” en el desempeño. Desmotivación, falta de ideas o estrategias son los síntomas pero las causas son muy diversas. Everest Pro es una herramienta para los profesionales que necesitan un empujón. También es un desafío para los que con un alto desempeño se han perdido en el camino y una manera sencilla de orientar la ruta de los nóveles. En definitiva una experiencia necesaria para todos. Una manera de relanzar nuestra vida profesional para ser más felices y competitivos.
Es difícil expresar desde estas líneas la satisfacción que sentimos al comprobar la aceptación de la que entendemos ha sido nuestra “prueba piloto”. Entrenadores personales, instructores de clase grupal, entrenadores deportivos y en definitiva cualquier profesional de cualquier ámbito necesita herramientas para ser más persona. Para ser más feliz. Para hacer su trabajo con gusto y enfrentarse a los retos sin miedos.
Se sigue diciendo en muchos entornos laborales que los problemas se tienen que dejar en casa y que en nuestro desempeño debemos diferenciar. ¿Pero cómo se pueden decir esas barbaridades? Queramos o no, ficharemos en la oficina o daremos nuestra primera clase de la mañana con el dolor de nuestra reciente separación. Con el llanto húmedo de la muerte de los que nos rodean. Con el miedo de no llegar a fin de mes asfixiados por la hipoteca….
El profesional emocionalmente inteligente debe gestionar emociones, pensamientos… El líder emocionalmente inteligente debe entender desde una dimensión humanista y humana los problemas de las “personas” con las que trabaja y ayudarles a crecer.
¡Qué lejos estamos!…
Todos debemos aprender a vivir aceptando las derrotas como partes del proceso de crecimiento y sentir la alegría de cada día descubriendo el vaso medio lleno y la importancia del ahora.
Hoy puede ser un gran día.